por Eduardo Gimenez, socio 18

Esta tarde, nada más llegar a casa, como cada vez que he estado en una prueba de Marcha Nórdica en tierra, sigo el mismo ritual de limpieza de bastones, zapatillas y polainas para quitar el polvo/barro que haya podido acumularse en la prueba.

Y hoy al hacerlo me venían a la memoria las escenas de este día de “fiesta del Nordic”.

Para mí, el año de competición termina en una fiesta, la 4×4 de Elburgo. Luego en Navidad en el club Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao montamos “la Kilometrada”, que nos mantiene viva la llama sagrada. Y aunque en este año ya se han realizado algunas pruebas oficiales, este año yo empiezo la temporada con otra fiesta del Nordic, la de la 4×4 de San Adrian.

Siendo la primera desde hace meses, quería llegar tranquilo y tener tiempo allí para hacerme con el sitio, coger los dorsales e ir calentando poco a poco.

Empezando antes de que cantara el gallo, recogiendo en Bilbao a los integrantes de mi equipo, el Gorria (Rojo), uno de los cinco equipos de nuestro club que han participado hoy. Un par de horitas de autopista hasta San Adrian, y al llegar hemos encontrado a los organizadores con el café preparado y unas tartas y bizcochos repartidos por un par de mesas con una pinta inmejorable. Café caliente absolutamente necesario para suavizar el frio que transmitía la “rasca” del Cierzo que sacudía de lo lindo a las 8:15 de la mañana.

Poco a poco han ido llegando los participantes de equipos de distintas procedencias: Bendhora y Sant Quirce de Cataluña, Más que pasos de Zaragoza, Landederra de Elburgo, Alegal´s de San Adrián, y el nuestro Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao. Cada club con varios equipos de 4 personas, en total 64 competidores.

A las 9:30, el organizador de la prueba Andrés Hidalgo (Qanzio) nos ha agrupado para darnos el briefing de la prueba. Explicación breve y clara, porque la prueba no cambia respecto a otras ediciones, y como Qanzio ha señalado, “ esta es la hermana pequeña de la 4×4 de Elburgo”, prueba que de la mano de Fidel Gomez se ha celebrado ya en 6 ocasiones. Con toda sencillez y con enorme cariño, le ha dedicado la prueba al bueno de Fidel que nos dejó el pasado año. Con Fidel en el pensamiento hemos empezado.

Aunque yo ya tengo unas cuantas 4×4 en mi haber, en San Adrián era nuevo en la plaza. He estado inscrito en las tres que se han celebrado, pero no he podido hacerlas hasta hoy. La primera por culpa del Covid, y en la segunda me surgió un compromiso familiar ineludible. Así que a la tercera tenía que ser la vencida, y así ha sido.

Nuestro equipo, el Gorria, ha establecido la estrategia de dos parejas, haciendo cada una dos horas seguidas. En total hemos podido hacer tres vueltas cada uno en las dos horas de nuestro turno de relevos, con una media de 20 minutos por vuelta para los 2,4 kilómetros del circuito. Me tocaba el segundo de mi turno, y así he podido calentar suficientemente antes de salir. Y esta preparación me ha venido muy, muy bien. Esta vez yo iba mejor entrenado que otras veces y he conseguido buenos tiempos en mis vueltas. Además en la primera vuelta he podido calentar del todo, con lo que he conseguido mejorar los tiempos en la segunda y tercera vuelta.

Circuito agradable, bordeando el soto del río Ega que desemboca en el río Ebro allí mismo.

Unas parcelarias con un suelo muy bien compactado en general, que permitía ir realmente rápido, con pequeñas subidas y sus correspondientes bajadas. Algunas rectas que te dejaban divisar a los “competidores objetivo” que pretendía alcanzar, cosa que ha conseguido algunas veces. Esto ha hecho que la prueba haya resultado particularmente entretenida, algo que me consta comparten bastantes de mis compañeros de club.

El hecho de que sea una prueba por equipos de 4 personas propicia una de las pocas ocasiones en las que este deporte deja de ser individual, y te permite disfrutar de una piña de camaradería. Esta piña se ha hecho enorme al terminar la prueba a las 14:00. A partir de ese momento ya no importaban tanto los resultados, sino lo bien que lo habíamos pasado. Y resultados buenos ha habido. Un equipo ha hecho 15 vueltas. Varios han hecho 14 y el nuestro se ha quedado en 13. Pero los cuatro componentes hemos terminado encantados. Nos hemos medido a nosotros mismos y hemos luchado todo lo que hemos podido, cada cual según su capacidad actual.

Y después de los premios la fiesta ha continuado con el delicioso ágape ofrecido por la organización, que como es tradicional ha consistido en dos grandes perolos de pochas (alubias), que estaban para chuparse los dedos, y que ha sido degustado en la praderita de las instalaciones deportivas, con un sol amable y una temperatura también deliciosa de unos 20ºC.

Me quedo con todo el día, pero si algo me hace agradecer a la organización el haberse trabajado un día como este es ver la foto de casi 30 personas de mi club, Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao, con una sonrisa de oreja a oreja, antes y después de la competición. Algo que hace que la gente sea feliz tiene que ser bueno. Y buena es la Marcha Nórdica, y buena es la 4×4 de San Adrian.

Lo dicho, muchas gracias a la organización por regalarnos ilusión, y hasta la próxima.

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