Por Eduardo Gimenez – socio 18
Ya llegó el 16-O, y tan pronto como llegó, se fue. Ayer fue un día muy especial, en el que se me agolparon una multitud de sentimientos en relación a la prueba.
Normalmente, cuando participo en una competición de NW me gusta hacer una crónica de cómo la he vivido desde dentro, para intentar compartir con mis compañeras y compañeros de mi club, y por extensión con cualquier persona aficionada a este deporte lo que se siente en esta particular variante que es la de la competición.

Ayer hice una muy buena prueba, y eso que no estoy nada entrenado, y podría contar como discurrió para mí. Pero después de darle muchas vueltas al torbellino de ideas, de imágenes, de recuerdos de la jornada, veo que para mí la propia competición no fue lo más importante que ocurrió.
Ciertamente me vinieron a la mente, las muchas horas de tareas de preparación que se han invertido en preparar este evento, y la responsabilidad que se adquiere cuando se establece un compromiso de celebración de una prueba oficial. Mucha gente está a la expectativa de dicha prueba y es muy importante que no queden defraudados, por el circuito y por la organización. Siendo esta parte de la reflexión muy importante, tampoco es la que prevaleció al final de la jornada.
La idea que sobrevolaba por encima de todas las demás fue la de un profundo agradecimiento. Yo he sido el coordinador de la organización, pero nada hubiera sido posible sin el equipo que ha trabajado en cada uno de los detalles. Esto no es una frase hecha, es una realidad concreta y tozuda.
Agradecimiento a quienes introdujeron el Nordic Walking y fundaron nuestro club, Marisa Lago y Cristina Gonzalez Castro, hace ya 11 años y que ayer oficiaron de voluntarias de lujo.
Agradecimiento al Ayuntamiento de Gorliz, que ha apoyado en estos años las actividades de Marcha Nórdica, y muy particularmente en los dos últimos, en la celebración de la prueba de relevos 2×2 el año pasado y las pruebas de la copa vasco-navarra y campeonato de Bizkaia este año. Y muy especialmente agradecimiento a Jose Luis Arrola, Concejal de Deportes, que ha sido nuestro interlocutor en el ayuntamiento, y que la mejor expresión de su colaboración es que ha conseguido hacérnoslo fácil a los “novatos” en las lides administrativas. La colaboración ha sido total. Por poner un ejemplo, el que estaba a las 7:00 am preparando el arco de meta era el concejal.
Agradecimiento a la federación bizkaina de montaña, BMF, que desde el primer momento el año pasado creyó en nuestro proyecto de ir aprendiendo poco a poco y apoyándonos en la organización, e igualmente poniéndonos todo muy fácil. Y en concreto es Victor Vivar, anterior presidente quien nos apoyó y nos sigue apoyando de manera entusiasta.
Agradecimiento a la junta directiva del club que no solo ha depositado su confianza en el comité organizador, permitiendo hacer sin generar bloqueos, sino que han colaborado intensamente y con mucha agilidad en cuantas tareas les eran solicitadas por este comité, y han respaldado cualquier situación delicada con elegancia y generosidad.
Agradecimiento a todos aquellos que desde 2015, cuando yo empecé a practicar este deporte, hasta ahora han organizado pruebas, primero populares, y después a partir de 2018 federadas. Estas personas, han trabajado mucho, han tenido éxitos pero también sinsabores, porque los pioneros en una actividad minoritaria tienen que luchar con la incomprensión de quienes no entienden este deporte y/o no creen en él. En esas pruebas, con una enorme economía de medios, fuimos aprendiendo a practicar el deporte y a entender cómo se organizaba una competición. Algunas de estas pruebas han desaparecido del calendario, pero creedme, fueron esenciales en este aprendizaje. Y de estas personas hemos tratado de entresacar lo mejor, de su dedicación, de sus conocimientos y de su honestidad. No voy a nombrar a ninguno, me dejaría alguien fuera. Ellos saben quiénes son, y su impronta ha dejado huella.
Agradecimiento a los equipos que han acudido a nuestra prueba. Que han hecho el esfuerzo de traer a sus mejores efectivos, porque nos han ayudado al éxito deportivo de la prueba y a dar un paso más en la labor de promocionar este deporte a nuevas personas allí donde se celebran las pruebas. Gran ejemplo también el ofrecido por mis compañeras y compañeros competidores del Club Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao. En esta ocasión, una vez más el espectáculo y la entrega de las personas que han competido ha sido de 10.
Parte de esta entrega, y yo diría que la más ilusionante la tienen las niñas y niños que han participado en nuestra prueba y que en el futuro espero que sigan evolucionando en su vida deportiva y puedan un día participar en competiciones oficiales. Pero hagan lo que hagan, la siembra que las personas al frente de la sección infantil del club, otro gran agradecimiento, han hecho va a permanecer y formará parte de la formación de estas personitas. Siempre tendrán esta referencia de valores deportivos que se les está inculcando.
Y también a todas aquellas personas y equipos que por las razones que fueran no han acudido a la cita. Hemos invitado a todos nuestros conocidos y hemos difundido nuestra prueba en los medios de comunicación y redes especializadas en este deporte. Somos conscientes de que muchas personas hubieran deseado venir, pero incluso la propia “lógica” de las múltiples competiciones de Marcha Nórdica les ha impedido hacerlo. Sea cual fuere el motivo, ¡¡ muchas gracias !! Nos veremos en muchas más pruebas.
También es importante dedicar un apartado de agradecimiento a los patrocinadores. El coste económico de estas pruebas no es pequeño, y la ayuda de estas empresas es realmente bien recibido para “suavizar” el impacto económico y posibilitar la organización. Son empresas que por un motivo u otro tienen relación con el deporte y la vida saludable, que forma parte de nuestra filosofía.
Y siendo competidor, haber tenido el privilegio de ver la prueba en todos y cada uno de sus detalles me ha permitido también ver la labor de preparación del equipo arbitral. Cuando compites ves a los árbitros solo en la prueba, y si interactúas con ellos, malo. Y sin embardo, de verdad que no hubiera soñado que la preparación de la prueba, el estudio previo del recorrido, la revisión del reglamento fuera a dar lugar a tanta carga de trabajo. Por tanto, agradecimiento también para este equipo que se ha tomado realmente en serio su labor.


Voy dejando para el final, pero no por ser menos importante, sino porque es el grupo que más me ha hecho reflexionar sobre el éxito de esta prueba para nuestro club. Se trata de las personas voluntarias en todas las tareas de la organización. Todas y cada una de ellas deben recibir mi agradecimiento como coordinador de la competición y del club como entidad. Han sido 40 personas, mejor dicho, un equipo formado por 40 personas que han ido en bloque a que todo lo diseñado para hacer realidad una jornada a satisfacción de todos fuera posible. Tendría ahora la tentación legítima de nombrar a estas maravillosas personas, pero si me dejo a una sola en el tintero cometería una injusticia, así que mi agradecimiento va en bloque, a las personas del club, a las personas que no son del club pero que tienen vinculación a través de este deporte como el colectivo de Ortuella, y a las que son familiares o amigas de socias y socios del club. Ha sido precioso ver con qué seriedad y cuidado han aportado su tiempo, su amabilidad y su esfuerzo físico en todas las tareas desarrolladas durante la jornada, tanto en el espacio del polideportivo, como a lo largo de todo el circuito.
Desde el desayuno con los termos de café, porque no teníamos bares abiertos a esas horas cerca del polideportivo, pasando por los bizcochos caseros y rosquillas para el hamaiketako que varias personas prepararon el día anterior, siguiendo con el montaje del circuito, de los avituallamientos, del sonido, del control de paso, de atención a los competidores, múltiples tareas que fueron ensayadas en su mayoría, e improvisadas en algún caso. La sensación a las 7:00 era de tensión, a las 9:30 de vértigo, y a las 10:30 de un subidón de adrenalina en la salida de la prueba como pocas veces he sentido.

Y al final, como en todas las aventuras de Asterix y Obelix tuvimos un gran encuentro con los demás “galos” de esta aldea del Nordic Walking. Una comida en la cervecera Arriolane de Gorliz en la que nos juntamos la friolera de 91 personas, y el símil con los banquetes de los comics de Uderzo y Goscinny era inevitable. Y aquí otra vez más, el equipo dio la talla y en un plis plas, un grupo bien coordinado se ocupó de que a nadie le faltara el despliegue de platos típicos de cervecera, que a mí al menos me supieron a gloria.
A todas y a todos, Eskerrik asko !! , enormemente orgulloso y feliz de compartir este deporte con gente así.