Déjà vu

Era disfrute y Nordic Walking en estado puro.

Pues bien, el pasado miércoles tuve la oportunidad de revivir aquellas sensaciones. Y explico cómo ha sido la experiencia.

Cuando empecé con el Nordic Walking tuve mucha suerte. La primera vez que cogí unos bastones fue en un cursillo de iniciación con Marisa Lago. Esa tarde me compré los bastones, y hasta hoy…

Me gustó y me convenció por múltiples motivos, pero lo que más me cautivó en aquellos comienzos fue el ambiente creado entre las monitoras (hoy les llamaríamos dinamizadoras) y participantes. Había diferencias abismales en la calidad técnica de las personas con las que practicaba, pero en todas ellas se compartía algo común, el disfrute por el descubrimiento de una actividad que iba mucho más allá del puro ejercicio físico. 

En seguida pude también compartir muchas salidas con Cristina Gonzalez Castro. Tanto una instructora como la otra, teniendo un nivel técnico y de capacidad física muy superior al mío, siempre me trataron como a un igual, y siempre mostraron un gran entusiasmo y empeño en enseñarme.

Me enseñaron bien, y traté de aprender, y sigo aprendiendo cada vez que cojo los bastones, cada día que comparto salida con cualquier otro Walker de Bilbao, de Logroño, de Zaragoza, de Vitoria, de Aranjuez, de Hernani…

También muchas veces aprendo lo que no se debe hacer. Siempre que se practica se obtiene un beneficio. 

Y cuando empecé no había competiciones, pero había muchas ganas de andar y de compartir los “ACTIVE” y las muchas salidas de los domingos. 

Jose Luis Ruiloba, que para quién no le conozca es socio del club, miembro del comité de competición y miembro de la junta directiva, es un fantástico marchador, con una enorme capacidad física y una muy bien entrenada técnica. Jose Luis ha pasado por todas las fases del Nordic Walking, desde principiante, pasando por la competición, y desde hace algún tiempo está con el empeño de promocionar la afición a este magnífico deporte.

Viviendo en Ortuella, durante muchos meses hizo el esfuerzo de desplazarse a Bilbao a participar en los Actives. Pero ciertamente lo que es más cómodo y lógico para él es practicar el deporte cerca de casa. 

De manera casi casual ha empezado una rutina de “kedadas” con personas de Ortuella los miércoles por la tarde, y lo que empezó con dos personas, se está convirtiendo en una reunión semanal de cada vez más personas que se están interesando por esta actividad. 

Jose Luis está constantemente promoviendo kedadas de todo tipo por la zona minera. Yo he acudido a unas cuantas de ellas de diferente naturaleza, salidas cortas, algo más largas y kedadas para entrenar competiciones. Todo muy variado y muy bien planificado, como gran conocedor que es de la zona.

Y dentro de esas invitaciones, ayer pude organizarme para acudir a conocer las kedadas de los miércoles. 

Me encantó. Fue realmente volver a los orígenes, con la diferencia de que esta vez yo no era el novato. Eché mano de los grandes recuerdos que tengo de mis compañeras y compañeros de aquellas primeras salidas, de algunos de los que por cierto hace mucho que no se nada, e intenté ponerme en las zapatillas de aquellas personas con las que ayer compartí la tarde.

No fue fácil, porque el perfil de estas personas era enormemente variado, y como muchas veces ocurre, cada una de ellas con su “historia” física en la mochila. Desde una exatleta que andaba más rápido que yo, una persona con problemas serios de columna, y varios casos más que no voy a entrar a detallar. Lo grande de la situación es que otra vez, me vi andando con gente muy diversa pero que compartía conmigo, a quien no conocían de nada, una actividad que mientras la practicaban, olvidaban sus circunstancias personales y se esforzaban en disfrutar de este descubrimiento.

Fue absolutamente enriquecedor para mí. Curiosamente, alguna de estas personas me dio las gracias por los consejos y por el acompañamiento en el tiempo que estuve con ellos. Las gracias se las doy yo a ellas por haber permitido volver a encontrarme con la esencia de este deporte y volver a valorar todo lo bueno que nos aporta.

Pero con todo, siendo esta parte de la experiencia muy gratificante, lo que realmente me sorprendió por lo inusual fue que antes de la kedada de las 7, Jose Luis dedica un tiempo de atención a un grupo de 4 niñas y niños que por indicación de sus madres están interesados en iniciarse en el Nordic Walking. Cuando llegué fui testigo de algo a veces poco visto en adultos, esto es, los 4 críos absolutamente serios y concentrados, practicando pequeñas tandas de recorrido con los bastones, mostrando un estilo muy encomiable para gente tan joven. Acostumbrado a la elevada edad media que encuentras en la gente que practica Nordic Walking, esto fue un soplo de aire fresco que huele a futuro, que huele a esperanza para este deporte, que necesita claramente que la gente joven empiece a interesarse por él.

Estas niñas y niños, cambiarán cien veces de aficiones, de amigos, según vayan creciendo, pero si se hace bien esta introducción a nuestro deporte, siempre les quedará el buen recuerdo como germen para que un buen día, decidan que lo pueden retomar y seguir disfrutando, ya de otra manera, de este regalo que un día nosotros tuvimos la suerte de descubrir.

Solo me queda darle las gracias a Jose Luis por su constante empeño en ofrecernos ocasiones para practicar nuestro deporte, y visto lo de ayer, por su generosidad en transmitir este veneno en la zona minera. 

Espero que le dure mucho la cuerda y que tenga mucha suerte.

Eduardo Gimenez.

Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao

Socio nº 18.

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