NW VIII Cross Batalla de Munda 2020 en Montilla (Córdoba)

OLIVOS Y BARRO

Cuando se piensa en Andalucía, las personas que vivimos por latitudes superiores a 43ºN solemos imaginarnos un clima bonancible en invierno, mucho más suave que el típico de la ribera del Cantábrico. Pues confirmado, el cambio climático está aquí. Cuando llegué el viernes al aeropuerto de Sevilla, y se abrió la puerta del avión, creí que nos habíamos dado la vuelta, y estábamos de nuevo en Bilbao. Pero no, era Sevilla, jarreando como para que Noé se divirtiera con el arca.4f467eb5-266a-4bd5-9b86-bacaf48227e3

No daba crédito en el viaje a Montilla por carretera, cómoda autovía – menos mal – , no se veían 3 en un burro. Y no paró de llover hasta al sábado a las 21:00. Sin embargo puedo decir que he pasado un fantástico fin de semana, previo a la prueba de Nordic Walking que es el objeto de esta crónica.

Una vez más tenemos que hablar de una prueba especial, en la que el deporte es importante, pero mucho más importante es la experiencia vivida en los encuentros que ocurren allí, y de la perspectiva que adquieres cuando contrastas tu punto de vista con el de otras personas que practican este deporte.97396831-e955-4c59-b4ea-422e0452c467

Sigo pensando lo que escribí hace un par de años en la crónica “Ampliando horizontes”. Y es que practicar NW te brinda la oportunidad, cada vez más, de compartir tu práctica deportiva con otras personas en otros lugares muy distintos de los habituales. Te das cuenta de que hay mucha gente que hace esto, que lo hace muy bien, y por muchos motivos distintos. Evidentemente, es una competición, pero para mí es cada vez más una oportunidad de aprender.

La prueba se llama Cross Batalla de Munda, 8ª edición, en memoria de una batalla histórica que sostuvieron allí los romanos en el año 45 AC, en medio de la contienda civil de la República, y que ganó Julio Cesar como antesala de su advenimiento al poder absoluto en Roma. Este cross hace un guiño a esa época, en cuanto que participan atletas en modalidades poco frecuentes, como minimalistas que llevan una ligera suela de goma sujeta al pie con unas cintas, e incluso atletas sin calzado alguno (barefoot).

Sin entrar en el detalle de los eventos de los días previos a la prueba, debo decir que el equipo de Miguel Angel se ha desvivido para que los visitantes pasáramos el mejor tiempo en su ciudad, desde la cena de recepción, todo absolutamente delicioso, pasando por las citas culturales de la mañana del sábado, y las charlas técnicas del sábado por la tarde. Siempre un denominador común en todos los eventos, una gente absolutamente amable y deseosa de compartir lo mucho de bueno que tienen, con los que vienen de fuera.

En este reconocimiento, en lo que a Nordic Walking se refiere, tuvo especial protagonismo Andrés Hidalgo, organizador de la prueba de NW, que estuvo atento a todos los detalles para que los participantes estuviéramos perfectamente atendidos. Esto se agradece mucho cuando estás bastante lejos de tu casa.

La prueba.

En las instalaciones de la bodega “La Unión” estaba organizado el “patio de armas” de la carrera, todo perfectamente distribuido y preparado con mimo por muchos voluntarios de la organización. Se dice pronto, pero en la prueba había 650 participantes, la mayor parte corredores del cross, bastantes de ellos minimalistas, unos pocos descalzos, y los 30 del NW, pertenecientes a distintos clubes de Jaén, Córdoba, Huelva y Marbella principalmente, más uno de Murcia y uno de Bilbao, ya sabéis quién.

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A las 10:00, con una megafonía perfecta y música para animar a un muerto, se dio la salida a la prueba de NW. Los primeros kilómetros fueron como siempre, a cara de perro, hasta que se fueron estabilizando las posiciones relativas que se iban a mantener a lo largo de la prueba. Sin embargo aquí empezaron algunas sorpresas. La lluvia brutal caída incesantemente durante toda la semana, había anegado los campos, y cómo no, los caminos. Había zonas realmente comprometidas por el agua y el barro. Estas circunstancias han obligado a la organización a cambiar el recorrido, recortado para todas las modalidades. La de NW pasó de 10 a 8 km.

Lo que ocurrió después no tiene una explicación clara, p279231e3-2dd1-4bb6-86ff-a7a0aed8df0eero ocurrió y así lo cuento. Al llegar al punto teórico de vuelta, tal y como se había explicado en la salida, ninguno de los que iban por delante lo hicieron, y siguieron la marcha en la misma ruta que poco tiempo después iban a recorrer los del cross, 19 km. Yo iba en un segundo bloque y me empecé a preguntar qué podía ocurrir para no empezar a ver marchadores cruzándose conmigo. Al llegar al km 6 y ver que estábamos en la misma ruta que los participantes de cross, decidí cambiar el enfoque de “mi prueba” y hacer lo único que tenía sentido, que era acabar pero a un ritmo menor. No había entrenado larga distancia y mi musculatura me estaba diciendo que relajara el paso, y eso hice. Allá por el kilómetro 13 me acordé amargamente de la decisión tomada, pero ya era tarde, tenía que seguir.

Y seguí, y me alegro mucho de haberlo hecho, porque de esta manera tuve la oportunidad de disfrutar de uno de los recorridos más bonitos que haya hecho en una prueba de NW. Ese es el título: “olivos”, mares de olivos decorando colinas que eran atravesadas por el recorrido de la prueba, hacia arriba y hacia abajo (que era mucho peor para mis pobres cuádriceps), y “barro”, mucho barro. A ratos los bastones venían bien, no para practicar una buena técnica o para propulsarse, sino para mantener el equilibrio durante 5 ó 10 metros totalmente enfangados tras el paso de cientos de “guerreros y guerreras” (no muchas pero muy cañeras).

Belleza, dificultad y esfuerzo unidos en una sinfonía de sentimientos contradictorios de paz, de agotamiento, de euforia exultante… Un privilegio haber podido vivir esta experiencia.

A pesar de que contaba con pocos medios, el reducido equipo arbitral, cuando se apercibió del malentendido ocurrido, estableció un servicio de traslado a meta en todo terreno a quien quisiera utilizarlo. Como he dicho, yo ya estaba inmerso en “mi propia carrera” y no lo utilicé.

Al llegar a la bodega de vino fino Montilla “La Unión”, además de la calurosa acogida del público asistente, nos esperaba el trofeo más original, una botella de fino de Montilla con la etiqueta “Finisher, VIII Cross Batalla de Munda 2020”.

Es cierto que Montilla queda pelín “esquinado” desde Bilbao, pero ha merecido la pena cada minuto de este fenomenal fin de semana. Ciertamente el mundo está lleno de gente estupenda, y el Nordic Walking nos ayuda a encontrarla.

Eduardo Gimenez

CD Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao.

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