Una vez más nuestro compañero Edu nos pasa la crónica de esta prueba en la que ha participado el 23 de septiembre de 2017.
Primera tarde de otoño. El sol se filtra entre las hojas del dosel que las ramas de los árboles forman en la salida de la carrera en Elciego. A lo lejos, se adivinan los viñedos en medio de una borrachera de colores rojizos, pardos, verdes, amarillos y azules de las uvas.
Todo parece poético, casi romántico. Sin embargo el romanticismo acaba pocos minutos después de las 6. Un sol a plomo, 30 grados, ni una sombra, y un terreno muy accidentado con parcelarias de piedrilla suelta, la han hecho, al menos para mí una de las pruebas de Nordic Walking más duras en las que he participado.
En la salida estábamos 22, pocos, muy pocos para los que deseamos que este magnífico deporte crezca con más participantes. Eso sí, estaba lo más granado del cartel: campeón y campeona de España, Pablo Ariza y Arantza Pineda. También había buena representación de los principales equipos: Orivip, Hernani NW Taldea y NW Elburgo. Del Club Nordic Walking Bilbao sólo había uno, ¿adivináis quién? Empieza a ser un clásico, pero ya me gustaría que alguien más se animara a estas cosas.
Respecto a la prueba, lo primero, nobleza obliga, es agradecer a los organizadores el esfuerzo realizado. Que fuéramos pocos no significa que la prueba no tuviera nivel. El marcado del recorrido, la asistencia de voluntarios y de los jueces, que ante la dureza de las condiciones, actuaban casi animando a los participantes.
Desde que se dio la salida se veía que la cosa iba dura. Los puestos en la salida se organizaron de acuerdo con el ranking FEDME, y desde el principio se vio por qué los primeros están en esos puestos. Salieron muy fuerte, y yo también. De hecho, los primeros 5 kilómetros fueron muy rápidos, en tiempos de 7´:40” min/km. Pero entre el km 5 y el km 8 tuve un fuerte bajón y relenticé el ritmo. Tuve que empezar a dosificar porque no me daba la caja. Hubo 2 avituallamientos líquidos muy bien atendidos por un montón de gente, muchos niños, muy amables. El primer avituallamiento “me salvó la vida”, y solo conseguí reaccionar después del segundo, cuando sólo quedaban 3 kilómetros para llegar a la meta en Villabuena.
A partir de ahí, azuzado por cuatro “alicates” que venían machacando el suelo por detrás conseguí espabilar y volver a tiempos decentes, por debajo de 8 min/km. Es curioso, normalmente el “tac, tac, tac “ de bastones acercándose me suele desmoralizar porque implica que te están pillando. Esta vez funcionó al revés, me dio un gran estímulo para recuperarme.
Al final, la llegada a Villabuena, en su preciosa plaza fue como siempre, lo más reconfortante de la prueba. Allí estaban ya descansando los primeros en llegar, recibiendo y aplaudiendo a “los de atrás”. Este es una de las cosas buenas del Nordic Walking, sientes el calor y una sensación de viejos amigos, aunque todos llevemos relativamente poco tiempo haciendo esta actividad.
Mis tiempos fueron prácticamente los mismos que los del año pasado en esta misma prueba, 1h 32 minutos, y como en anteriores pruebas sigo obteniendo el mejor trofeo: la frecuencia cardiaca media sigue bajando.
Las próximas pruebas en las que voy a participar serán la Ecotrail de Madrid en noviembre (es más bien un paseo largo que competición), y sobre todo la prueba 4×4 en Elburgo, el 26 de noviembre, en la modalidad de relevos por equipos. Promete ser muy divertida. Personas de los 3 clubs que he citado me dijeron que ya están montando equipos para ese día. A ver si además del “Nordic Walking Bilbao 1” os animáis alguno más a formar un equipo. Ya sabéis, mixto formado por 2 chicas y 2 chicos.
Pero como dice el bueno de Piri , (Jose Antonio Perez) de Nordic Walking Cartagena, participéis o no en competiciones, sacad los bastones del paragüero, y sacudidles el polvo.
Eduardo Gimenez – Club Nordic Walking Bilbao