(o cómo promocionar la Marcha Nórdica)
Por Eduardo Gimenez, socio 18
Promocionar la Marcha Nórdica entra dentro de los objetivos recogidos en los estatutos de nuestro club. En los tres niveles que siempre planteamos: salud, forma física y competición. Y esto es exactamente lo que ocurrió el pasado domingo en Ortuella.
Se celebró la prueba organizada por la Asociación Emakumeon Indarra, con la colaboración de Ayuntamiento de Ortuella, el CD Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao, el Club de Atletismo de Ortuella y las empresas Euskaditrek, Clínica dental BC, la cafetería Biarritz de Ortuella, Sportlandia y Foot on Mars de Portugalete.
Supongo que poco iba a imaginar Jose Luis Ruiloba, vecino de Ortuella y miembro del club Ipar Izarra NW Bilbao, que algo así llegara a ocurrir cuando hace ya algunos años empezó un curso de iniciación con Cristina Gonzalez Castro. Después continuó su trayectoria en este deporte acudiendo con frecuencia a las salidas Active en Bilbao, practicando, aprendiendo y más tarde compitiendo con muy buenas prestaciones. Pero para Jose Luis, inquieto de fábrica, aquello se le quedaba corto, y poco a poco, en su casa, en Ortuella, ha ido sembrando la semilla de la afición a este deporte. Primero con unas poquitas personas pioneras, y poco a poco ampliando los practicantes con más personas y estableciendo un vínculo de colaboración con la Asociación Emakumeon Indarra. Esto incluyó a un pequeño grupo de niñas y niños lo que dio paso con el tiempo a la idea de crear la escuela de Marcha Nórdica del club. No contento con ello, y continuando con la promoción, había un deseo de incrementar el conocimiento de la realidad de este deporte en Ortuella en todas sus facetas, incluyendo la competición. Así se fue fraguando la iniciativa con la organización entusiasta y muy eficaz de la Asociación Emakumeon Indarra presidida por Begoña Merino. En un proceso muy bonito, fuimos diseñando el circuito, recorriéndolo para encontrar posibles puntos críticos, y tratar de hacerlo interesante e inclusivo, con ideas como la de que cada participante pudiera elegir el número de vueltas al circuito en función de sus capacidades y forma física.


Los primeros voluntarios amanecieron a eso de las 7 de la mañana en la Plaza de la Sagrada Familia donde se instaló en centro neurálgico de la prueba, con la adjudicación de dorsales, instalación del arco de salida que nos cedió gentilmente el Club de Atletismo de Ortuella, control de llegadas y avituallamiento final. Aquí hay que agradecer muy sinceramente la labor de este grupo de personas voluntarias que desde tan pronto y durante las 2 horas que duró la prueba, estuvieron en sus puestos, y terminaron caladas hasta los huesos, pero no por ello sin dejar de sonreir.
A las 10:30, cuando las cerca de 80 personas inscritas ya tenían su dorsal, la arbitra principal realizó la charla técnica, y en la que me tocó explicar el circuito. Después de 10 minutos de calentamiento “musicado” a cargo de Marisa Lago de Euskaditrek, se dio paso a la “entrada en cajones” de las personas participantes. Esto se hizo bajo la rigurosa inspección del equipamiento específico de marcha nórdica por parte del equipo arbitral.
La prueba siendo popular y abierta la participación a cualquiera que practique la Marcha Nórdica, contó con la participación de un equipo arbitral con experiencia en pruebas oficiales que, como ocurre en estas, desarrolló una labor minuciosa y realmente enriquecedora para las personas participantes. Su actitud fue modulada, aplicando el máximo rigor técnico a las personas con experiencia en competición, y por otra parte una relación pedagógica con aquellos participantes sin dicha experiencia. Esta forma de actuar también forma parte de una promoción inteligente de este deporte.
La prueba se inició a las 11:05 con una marcha neutralizada de unos 300 metros hasta llegar al Paseo de Europa donde, tras una conveniente alineación de los participantes en 5 filas de personas se procedió a dar la salida real.
El circuito constaba de tres partes diferenciadas:
- Un recorrido de aproximación al polígono Granada de poco más de 1 kilómetro. Este tramo, con algunas cuestas hubo que hacerlo con cierta precaución porque justo en ese momento empezó a caer un suave sirimiri que no paró en toda la prueba, y en algunos puntos hacía que el suelo de asfalto fuera algo resbaladizo.
- El circuito en sí, de 1.090 metros al que había que dar un mínimo de una vuelta y un máximo de 6. En este caso el recorrido total de la prueba alcanzaba los 8,76 kilómetros.
- Al terminar las correspondientes vueltas al circuito, se realizaba un tramo de escape que enlazaba con el de aproximación, para terminar en el arco de salida en la Plaza de la Sagrada Familia.

Y todo esto bajo el paraguas de la monitorización y análisis del equipo arbitral.

Desde mi punto de vista, ha quedado demostrada la variedad de enfoques que nos regala este deporte, en el que como dice Marisa en los cursos de iniciación, cualquier persona que pueda caminar, puede practicar la Marcha Nórdica.

El fin de fiesta a partir de las 13:00 tuvo de fiel acompañante al sirimiri, pero los soportales de la Sagrada Familia nos dieron el refugio suficiente para estar un buen rato departiendo con los compañeros de esfuerzo, tomando el refrigerio aportado por la cafetería Biarritz y disfrutando de un ambiente de auténtico “tercer tiempo” que es el que suele aparecer cuando practicamos este deporte, no importa si es en competición, en una salida social o en una marcha de una mañana.
Mención aparte debe tener el grupo de participantes de la Asociación de afectados por la enfermedad de Parkinson de Portugalete. Estos campeones se han batido el cobre como los que más, y posiblemente los momentos más bonitos de la jornada han sido mientras daba mis vueltas al circuito, cuando me encontraba con ellos y podía apreciar muy de cerca su esfuerzo. Animarles no ha sido algo formal, típico de estas pruebas, ha sido un sentimiento de sincera admiración y de reconocimiento a su lucha. Solo por estos momentos ha merecido la pena cada minuto que he podido dedicar a apoyar a esta prueba.
No me queda más que decir a quienes han hecho posible la prueba, los haya mencionado aquí o no, un enorme,
