PASO A PASO (VERSO A VERSO)
Como decía el poeta, se hace camino al andar. Y así es como empezamos una temporada más, con una prueba no muy larga (7km), de asfalto (como a mí me gusta), con desniveles razonables (que permiten aplicar bien la técnica diagonal sin hacer cosas raras), y perfectamente organizada. Y eso no es fácil en un circuito como éste, urbano con más de 30 cruces. Es de agradecer a los organizadores, su esfuerzo de empatía con la autoridad municipal (supongo que interrumpimos la circulación durante la prueba), y el ejército de voluntarios, en su mayoría alumnado del colegio On Bosco, que mostraban el recorrido sin atisbo de duda. Otra nota alta se la llevan los organizadores en la acogida, perfecta organización de entrega de dorsales y consigna para mochilas.
Todo esto ocurría a las 10 de la mañana, fría y húmeda como pocas, aunque en paralelo a la recogida de los dorsales, otros voluntarios empezaban a afanarse con el caldo caliente y las raciones de chorizo. Me dio la impresión de que un factor para que la prueba fuera tan rápida, ha sido la perspectiva del estupendo hamaiketato.
Con puntualidad británica, a las 10:15 se hace el briefing a los marchadores que fue dirigido por Xabier Madina. La prueba no es “oficial”, pero las indicaciones del árbitro principal sí lo han sido. Quedó claro que habría un doble enfoque: pedagógico con las personas que no son competidores habituales, y absolutamente estricto con los que sí lo son. Como dijo Xabier: -“ellos y ellas saben quiénes son”.
Y saltaron algunas tarjetas (a mí por ejemplo). Siendo prueba “no oficial”, disfrutó de 4 árbitros, que desde mi punto de vista hicieron un buen trabajo. A las 11:05, detrás de los runners nos dieron la salida. 68 marchadores de 106 apuntados son cifras que hablan claro del progresivo crecimiento de este deporte.
Y salieron como si estuviéramos en la mitad de la temporada, como cohetes. Yo me había prometido tomármelo con calma, al ser la primera prueba, y no haber entrenado casi nada. Pero las “malas compañías”, Santi y Andrés, parecía que les perseguía un inspector de hacienda, me “inspiraron” y me uní a la partida.
A partir de ahí, como en todas las competiciones de Marcha Nórdica, se establecieron varias carreras: delante un buen puñado de participantes que andan “fundiendo asfalto”, luego mi grupo, que permanece unido casi 3 km, hasta el avituallamiento líquido, que nadie utilizó porque ya estaba la pelea establecida, y parecía claro que no habían venido a hacer turismo. Y detrás más carreras de marchadores con distintos niveles.
En esta prueba hay un tramo donde te cruzas con los que van delante de ti, y se produce un curioso efecto: los de delante animan a los de detrás. Esto no pasa mucho en otros deportes, y es una de las cosas que más me gusta de éste.
Con todo, lo mejor estaba por llegar. Los últimos 2 km de la prueba son una cuesta no muy pronunciada, pero muy, muy larga. Allí ves cómo los ritmos a la fuerza van bajando, y el perfil se va cobrando víctimas poco a poco. Los que conocíamos la prueba del año pasado lo sabíamos, y habiendo dosificado, era posible ir recuperando alguna posición.
Una de las cosas curiosas que ocurrieron fue la extremada habilidad de los árbitros para posicionarse en puntos desde donde te veían bien, pero a ellos no se les veía hasta que estabas encima. Eso dice mucho de la seriedad con la que estaba organizada la prueba.
Como he dicho, el ritmo fue rápido. Y algo muy positivo es que todos los miembros del club Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao hicieron los 7 km en menos de 1 hora. Esto está ciertamente muy bien, y constituye un hito importante el hecho de que es la primera prueba en línea en la que participa el club constituido como tal. Ya lo estaba en octubre en la 4×4 de Elburgo, pero es una prueba diferente, en la que es más fácil inspirar a la participación que una prueba en línea, en la que cada uno se enfrenta en solitario al esfuerzo.
Y también es reseñable el hecho de que hayamos sido 11 los miembros que hemos participado. Está claro que vamos haciendo camino, y nunca mejor aplicado, paso a paso, verso a verso. En este caso es la prosa de esta crónica. Solo intenta ayudar a que cada vez, más marchadores y marchadoras de nuestro club (y por qué no, de otros clubes), que puedan leer ésto, conozcan lo positivo de la competición de Marcha Nórdica. Ésto no es para superatletas, aquí cabemos todos y todas. Me gustaría que nos lo contaran las que han participado en una competición por primera vez.
Terminada la prueba, ya no hay rivales, es como en el rugby el tercer tiempo.
Entrega de premios, sorteo de regalos de los patrocinadores, que son tantos que hay para casi todos. Y por supuesto, el hamaiketako con el caldo, el chorizo, la bolsa de competidor que nos dieron al entrar. Ésto fue más que suficiente para recuperarnos del esfuerzo. Una buena ducha en las instalaciones del colegio nos dejó en perfecto estado de revista para la última sorpresa agradable de la jornada.
La organización ha sido soportada en todo por los miembros del Club Vasco de Camping. Con el tiempo, poco a poco nos hemos ido conociendo al encontrarnos en las distintas competiciones. Y este año en el listado de participantes hemos estado un buen número de personas provenientes de Vitoria, Bilbao, y la Rioja. Visto ésto, se ha organizado una comida en una sidrería tradicional de Urnieta, y aunque bastantes de los inscritos no pudieron acudir a la prueba, aún nos pudimos reunir como unas 30 personas en una comida, que fue de verdad de confraternización. Una característica común a los practicantes de Marcha Nórdica es que son buena gente. Esto quedó perfectamente demostrado en Urnieta con el equipo del Club Vasco de Camping. Además de unos grandes competidores, son parte de la buena gente de este deporte.
Urnieta se va consolidando como primera prueba de la temporada, y desde luego los participantes del Club Nordic Walking Bilbao hemos disfrutado de lo lindo.
Eduardo Gimenez
Club Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao.